jueves, 19 de marzo de 2020

Actividad 3: Artículo comentado 1

Estoy ampliando información sobre el desarrollo psicoafectivo de las personas con espectro autista y me parecen interesantes algunos artículos que estoy encontrando. Dejo el enlace y los datos del artículo además de un pequeño análisis de las ideas principales.


Título del artículo: Empatía, cognición social y trastornos del espectro autista.
Nombre del autor: Víctor L. Ruggieri.
Nombre de la revista, libro, base de datos, etc.: Revista de neurología, ISSN 0210-0010 (Ejemplar dedicado a XV Curso Internacional de Actualización en Neuropediatría y Neuropsicología Infantil).
Fecha, volumen y páginas de la revista, fecha de consulta: 2013. Vol. 56, Nº Extra 1. Págs. 13-21. Última consulta 1/03/2020.

Ideas principales del artículo:

Los seres humanos somos capaces de comprender los estados emocionales, mentales y afectivos de otras personas adecuando nuestra conducta social. En el caso de personas con trastorno del espectro autista surge una deficiencia en la cognición social que ha sido relacionada con un déficit en la empatía. Compartir emociones con otras personas nos permite interactuar, predecir acciones, intenciones y sentimientos. Algunos componentes relacionados con esta son: a) el contagio emocional (tomar las emociones de otros); b) la mimetización (tendencia automática a sincronizar expresiones afectivas de otros);  c) la simpatía, compasión e interés empático (sentir por la otra persona), siendo “a y b” predecesoras de la empatía y “c” consecuencia de ella. De este modo y puesto que las personas con TEA padecen una afectación en el reconocimiento de expresiones faciales y percepción de sentimientos, surge la dificultad de entender miradas, deseos, segundas intenciones o conductas de otros.

No hay pruebas específicas que indiquen el origen del autismo pero en base a la observación se detecta la socialización como una de las disfuncionalidades ligadas a este trastorno. Baron-Cohen anotó que esto se puede producir por un desequilibrio mezcla de  una pobre empatización (lo que lleva a la afectación en lo social, trastorno en la comunicación y un pobre desarrollo de la teoría de la mente) y la hipersistematización (obsesiones, sistemas y conductas repetitivas). A esto se le une la dificultad para identificar sus propios sentimientos. Las disfunciones en las regiones que intervienen en el proceso de la empatía son:
  • Amígdala: se relaciona con las respuestas emocionales, el reconocimiento del significado afectivo del estímulo, la memoria a largo plazo, la orientación del estímulo social, la percepción de orientación de la mirada y las asociaciones cruzadas. Estudios como los de Morrit, Pierce o Monk han demostrado alteraciones en la amígdala de personas con TEA a nivel de activación, tamaño y conexiones.
  • Sistema de neuronas espejo: nos permiten imitar o copiar a otros, lo que nos lleva a empatizar y a aumentar nuestra cognición social. Un mal funcionamiento en este mecanismo podría afectar la posibilidad de intercambio de emociones y, por lo tanto, conducir al aislamiento social.
  • Ínsula anterior y corteza cingulada media: están implicadas en la experiencia y reconocimiento de las emociones, desde la alegría al disgusto y el dolor, y lesiones o disfunciones de estas áreas pueden interferir en su capacidad de reconocimiento.

Conocer el procesamiento atípico de la empatía en las personas con TEA constituye un elemento fundamental para la comprensión y un mejor abordaje terapéutico de estos trastornos.

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