jueves, 19 de marzo de 2020

Actividad 5: valoración y mapa sobre el cine subtitulado y la comunidad sorda

Buscando información sobre cómo las nuevas tecnologías pueden beneficiar a la comunidad sorda, encontré este artículo que reflexiona sobre la necesidad de un subtítulo correcto que se adecue a las particularidades de cada persona sorda. A continuación dejo :

Link al documento completo: Enlace al artículo

Mapa conceptual realizado en el programa de presentación Prezi: Enlace al mapa conceptual

Resumen y valoración crítica:

Con el nacimiento del llamado “cine mudo”, se crearon recursos para hacerse entender más allá del habla. Entre ellos se utilizó la palabra impresa y los gestos, así como la música.  Pero,  ¿Estaba la población sorda preparada para entender estos recursos?  En las películas aparecían intertítulos, información de la trama, también con diálogos, que se generaban entre cuadro y cuadro, por eso podemos decir que el cine mudo realmente nunca lo fue ya que contó con la palabra escrita, la música y, en ocasiones, personas que cercanas a la pantalla doblaban a los actores.

La situación se complicó cuando llegó el cine sonoro. Desde aquel momento se hizo extensivo el subtítulo, presentación de diálogos, sin información de la trama, pero la música como recurso lúdico, educativo, artísticos, etc. seguía estando privada. Algo positivo a resaltar, es la Ley 15/2001 de 9 de julio, de fomento y promoción de la cinematografía y el sector audiovisual que establece que el gobierno favorecer la enseñanza de la cinematografía y del audio visual en el sistema educativo, articulando proyectos específicos para eliminar las barreras de comunicación que dificulten el acceso a estas obras por parte de personas con discapacidad sensorial. De este modo, los logros por acercar el cine a esta comunidad son importantes, pero siguen siendo insuficientes. Lo que nos lleva a preguntarnos ¿Son suficientes los subtítulos generados en la parte inferior de la pantalla?

La diferenciación cromática, previa indicación, y correspondencia personaje-color en los subtítulos, ha posibilitado la accesibilidad o el acercamiento del cine a las personas sordas. También resulta necesario un modelo de adaptación con lenguaje directo que agilice la comprensión, de la manera más cercana que permita entender el lenguaje escrito, por la comunidad sorda. Es decir, saber, con la mayor precisión posible, lo que los actores oyentes dialogan en las diferentes secuencias. Muy importante no olvidar hacia quiénes van dirigidos y hacerlo de forma cercana a los modos de comprensión de esta población de discapacitados sensitivos. Este planteamiento nos lleva a la siguiente necesidad.

El cine subtitulado que se está realizando en este momento está demasiado cercano al oyente y hay que resaltar las diferencias entre la sintaxis del sordo y del oyente, es decir, el ajuste a su capacidad de lectoescritura y especificidades sintácticas. Lo que nos hace cuestionarnos para quiénes van destinados los subtítulos actuales. Igual que el cine oyente puede elegir el idioma, el sordo podría elegir la complejidad a la hora de acceder a la información, es decir, integrar varios niveles y cambiar de uno según sus necesidades. Otra opción es la de valerse de la lengua de signos en un espacio determinado para ello, dando la oportunidad de suplir o mantener la lengua escrita, aprovechando el color, la intensidad, la forma y el tamaño de los subtítulos.

El cine, como espectáculo íntegro, contribuye a la creación ideológica, educativa y cultural pero las personas sordas tienen limitada la posibilidad de acceder a ello de forma plena. En resumidas cuentas, se debe ir avanzando un poco más en este sentido, desde la propia comunidad educativa, hasta los demás colectivos vinculados o sensibilizados con esta carencia de la población sorda para hacer hincapié en el hecho de incorporar las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para erradicar esta imposibilidad de comprensión, que se traduce en una comunicación disfuncional.

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