sábado, 14 de enero de 2012

Exposición sobre la protección de menores.

Esta entrada la voy a dedicar a abordar el tema expuesto en clase por Marta Chamorro, Julia Aliaño y Lucía Rodríguez. He de confesar que juego un poco con ventaja con respecto a esta exposición, puesto que he estado en otras ocasiones con Marta Chamorro en grupos de otras asignaturas y por su cercanía al tema, ya hemos realizado algún trabajo sobre los centros de acogida y quizá por ello me extienda más en este tema.

Pues bien, el centro residencial Beatriz Enríquez de Córdoba es un centro público, de la Junta de Andalucía, que acoge a menores de entre 0 y 6 años. La normativa que regula este tipo de centros está recogida en la Ley 1/1998 de Abril de los derechos y atención al menor de la Junta de Andalucía. En ella se recoge no solo el concepto de menor, sino también las pautas para un buen diagnostico de una situación de desamparo de un menor o en una crítica situación familiar. por otra parte, centrada en el acogimiento residencial de menores, se encuentra el Decreto 355/2002 de Acogimiento Residencial de Menores en Centros de Protección, donde se recoge la definición de acogimiento residencial, sus funciones, el perfil de los menores, lo tipos de acogimiento, etc.…

Los centros de protección de menores son uno de los recursos a disposición de los Servicios Sociales especializados de familia e infancia, los cuales pretenden la creación de un contexto de convivencia planificado que temporalmente se ofrece como alternativa al medio natural familiar cuando sea mejor para los intereses del menor.
Entonces, debemos asumir que el recurso residencial tenga responsabilidad en el desarrollo integral del menor, garantizándole una adecuada satisfacción de sus necesidades tanto biológicas como afectivas y sociales. Además debe entenderse todo esto en un ambiente de seguridad y protección del menor.

Dentro de la Red de centros de Acogimiento Residencial de Menores podemos diferenciar los siguientes

  • Centro de acogida inmediata: acogen con carácter de urgencia por un corto periodo de tiempo a menores con una situación grave de desprotección o alto riesgo. En ellos los menores no deberían permanecer más de 3 meses. Si en este plazo es inviable la reintegración familiar o su integración con otra familia extensa o ajena, se le trasladará a un centro residencial.
  • Residencias: ofrecen alojamiento, convivencia y educación necesarios para su desarrollo hasta que pueda darse la reintegración familiar u otra medida alternativa como el acogimiento o la adopción.
  • Su capacidad será no superior a 35 menores, divididos en unidades pequeñas de convivencia en las cuales habrá de 6 a 8 menores.
  • Casas: son núcleos de convivencia ubicados en viviendas normalizadas que siguen patrón de unidad familiar, con unas plazas máximas de 8 personas por casa.
  • Casas tuteladas: son dispositivos para jóvenes entre 16 y 18 años que facilitan el paso de la adolescencia hasta su total independencia en la vida adulta.
  • Centros específicos: se trata de una atención más específica. Pueden existir centros específicos para adolescentes con graves problemas de conducta, centros para menores inmigrantes o centro de gestantes y madres adolescentes.


La vivencia de las diferentes situaciones de desprotección puede conllevar la aparición de una serie de características o rasgos físicos y psicológicos que están presentes en muchos de los niños y niñas acogidos en medio residencial.
En cuanto a las consecuencias físicas, son abundantes las investigaciones que revelan el impacto del maltrato sobre la salud del niño, por ejemplo:
  • Déficits en el proceso de desarrollo físico.
  •  Carencias nutricionales.
  •  Enfermedades crónicas.


Si nos centramos en las consecuencias psicológicas, podemos afirmar que afectan fundamentalmente a tres áreas:
  • Trastornos emocionales y relacionales.
  • Baja autoestima.
  • Rendimiento académico.


No obstante, cabe señalar que, del análisis de la población que el centro atiende, se deduce que no todos los niños o adolescentes acogidos en los centros, presentan estas características y que la respuesta de cada menor a las situaciones de maltrato y/o abandono vividas pueden ser diferentes. De hecho, en los centros encontramos menores que se ubican ante su situación socio-familiar multiproblemática de tres formas diferentes:
  • Menores que se han colocado ante los adultos y ante la sociedad en una posición de conflicto.
  • Menores que se muestran ante la vida con desesperación, no confían en ellos mismos.
  • Aquellos que tienen la capacidad de afrontar con éxito las condiciones de vida adversas que en su pasado ha vivido: niño/adolescente resiliente.


El trabajo del centro se orienta a optimizar el proceso educativo del menor, de manera que se le ayude a devenir en la medida de lo posible a un niño/adolescente resiliente.
Cada centro debe hacer su propio análisis de la realidad respecto a las características de los menores que atiende en su centro. Así cada uno ha de especificar en su Proyecto Educativo la edad, el sexo, la problemática y características más frecuentes de los niños/adolescentes atendidos.

En este centro en concreto cuenta con una población reducida, pues sólo entran en él menores de 0 a 6 años, y las plazas con que cuenta se reducen a unas 20, separadas en dos plantas dentro del edificio, pues, por un lado, en la primera planta, se distribuyen a los menores de entre 3 y 6 años, mientras que el hogar de los bebés (0-3 años) se encuentra en la segunda planta.
A este acceder todos los menores que sean retirados de sus padres y entren en el sistema de protección, independientemente de su cultura, su raza, etc., por lo que es un centro donde se da diversidad cultural, pero es cierto que tampoco podemos dar cifras exactas de cuantos niños hay de cada cultura puesto que entran y salen muy frecuentemente del centro; todos los meses hay menores que son retirados de sus padres y se firma su entrada, al igual que hay menores que son acogidos o adoptados y salen de allí.

Para finalizar, he de decir que me gusto mucho el resultado del trabajo realizado por mis compañeras, no solo por el contenido, que personalmente me gusta mucho, sino también por la forma tan cercana que tuvieron de exponerlo, lo que consiguió meternos un poquito a todos en el tema e incluso conmovernos.

Aquí dejo la campaña de 2011 de la Junta de Andalucía sobre el Acogimiento Familiar:


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