sábado, 14 de enero de 2012

Exposición sobre los menores en centros de reforma.

En esta entrada voy a hacer un resumen del colectivo estudiado por Ainhoa Pérez, María Sosa y Luis Robles, los menores en centros de reforma. Como nos transmitieron, con su trabajo han pretendido analizar el perfil del joven delincuente, las causas, los métodos de prevención de la delincuencia, estudiar las medidas judiciales que se toman al respecto, y el papel que juega el educador social en los centros de reforma, que quizá es la parte que mas nos interesa para esta asignatura.

Empezaron a abordar el tema dando dos definiciones fundamentales:

Delincuente: aquel individuo que comete actos dañosos contra él, sus semejantes o contra los intereses de la sociedad, en multitud de ocasiones en situación de dificultad, imputando solo parcialmente estos delitos a la personalidad del delincuente.

Delincuencia: es el proceso gradual en el que intervienen distintos factores (sociales, familiares, de grupo de iguales…), que da lugar a una socialización desviada, que empuja al menor a cometer actos fuera de los estatutos impuestos por la sociedad, alcanzando su mayor momento en la adolescencia, siendo algo transitorio o una forma de vida.

En mi opinión, ambas definiciones me parecen bastaste correctas, ya que el ellas no solo culpabilizan al individuo que comete los actos delictivos, sino señalando que el ambiente social, familiar y político afecta mucho en la aparición de este tipo de conductas. También el señalar que es algo transitorio indica que no hay que condenarles por sus actos, sino tener en cuenta que su conducta es resultado de la unión de múltiples situaciones problemáticas a las que se puede poner solución y que, por tanto, el individuo siempre puede desaprender.

Explican que la delincuencia juvenil se ha convertido en un fenómeno cada día más habitual y en uno de los problemas criminológicos más creciente, no distinguiendo entre clases sociales y dándose en todas las capas sociales llegando a convertirse en un problema tanto social como económico. Lo podríamos considerar como social en cuanto a que supone el fracaso de la educación y la sociedad en su conjunto, y económico por la violación del derecho al patrimonio y a la propiedad privada y los negocios ilícitos que aumentan el problema de la economía sumergida.

Para exponer este problema, se han generado una serie de teorías tratadas  por diferentes fuentes: teorías sociológicas (Durkheim, Escuela Ecológica de Chicago,  Robert Park, Teoría de la anatomía de Merton); teoría Behaviorista (Eysenck); Teoría “Contestan” (Albert Cohen); teorías  Biológicas (Cesare Lombroso, Dabbs).

Pasando al perfil del joven que delinque, enunciaron  una serie de características generales que varían en función de las individualidades de cada sujeto, y unos factores de riesgo de esta problemática:

Características del colectivo:
  • Poca capacidad para adaptarse ante situaciones nuevas.
  • Falta de control
  • Baja autoestima
  • Egocentrismo
  • Desconfianza
  • Destructividad
  • Escasa estabilidad emocional

Factores de riesgo en la violencia juvenil:
  • Factores  individuales: donde se incluyen las características biológicas como complicaciones en el parto, o enfermedades psiquiatritas; y características psicológicas y de comportamiento como hiperactividad, falta de control, falta de fijación de metas y conocimiento abstracto…
  • Factores relacionales: donde diferenciamos entre familia (primer factor socializador del que dependen los primeros pasos correctos o incorrectos del menor); la escuela (segundo factor socializador importante que tiene que ver con el fracaso escolar, violencia dentro de la institución…); grupo de iguales (influyen considerablemente en la personalidad del menor de una forma continua).
  • Factores sociales: donde influyen los cambios demográficos y sociales, las estructuras políticas y las influencias culturales (medios de comunicación, drogas…)

Cuando nuestras compañeras empiezan a hablar de la figura del educador social, lo definen como el personal capacitado para intervenir con individuos o comunidades, potenciando aquellos factores necesarios para su desarrollo normalizado. Debe tener una actitud constante y sistemática para que el resultaos de u intervención sea coherente y constructivo.  El ES debe ser un sujeto competente, creyente en la transformación de las personas, con conocimientos y herramientas propios de la profesión. Con el único objetivo de convertir a los menores en personas autosuficientes, capaces de superar su problemática de forma autónoma. Y para terminar su exposición, diferenciaron las siguientes funciones del educador social en los procesos de reforma:
  • Informar, asesorar y orientar.
  • Animar y dinamizar los grupos.
  • Elaborar y evaluar proyectos.
  • Detectar las necesidades del menor.
  • Gestionar y administrar los servicios.
  • Estimulación de destrezas sociales.
  • Educación y preeducación.
  • Mediación entre el individuo y la sociedad.

Con todo esto, he sacado en claro de esta exposición  que el papel del educador social es fundamental para que los recursos de atención a esta problemática tengan buenos resultados, ya que es el punto de referencia de los menores en todo su proceso reeducativo y sirve de enlace entre el joven y la sociedad de la que se siente excluido. También me gustaría destacar que nos convierte a todos en responsables el hecho de que la sociedad en su conjunto y el entorno de los menores en general, jueguen un papel tan importante en la educación de los menores, cosa de difícil concienciación social por la problemática a la hora de definir las causas de la delincuencia juvenil, ya que es son tan variadas y diversas que hacen difícil su comprensión ante los ojos de la sociedad.

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