La pobreza y los procesos de exclusión social.

Como dice Mercedes Reglero, definir la pobreza es una tarea muy complicada. Aquí intervienen diferentes disciplinas y criterios además de surgir un gran debate sobre qué es el umbral de pobreza. Para definirla partiremos de que la pobreza puede ser de dos tipos:

-          Cuantitativa: que se divide en:

o       Absoluta: menos de 1 dólar al día.

o       Relativa: menos del 60% de la mediana de los ingresos de tu país. Esta a su vez puede ser leve (30-60%) o severa (-30%).

-          Cualitativa: cuando se da una falta de oportunidades para la integración social.

Muchas veces la misma pobreza es la principal causa de exclusión.

Distinguimos como sus indicadores:

1. Índice de desarrollo humano: es empleado por la ONU en su programa de las Naciones Unidas para el desarrollo. Se mide según si se tiene una vida saludable (esperanza de vida), educación (alfabetización de adultos y matriculación) y nivel de vida digno (PIB per. cápita).

2. La situación de la infancia en los países desarrollados: data, según informes de UNICEF (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia y encargada de garantizar el cumplimiento de los derechos de los niños), que el porcentaje de niños que viven en hogares con ingresos por debajo del 50% de los ingresos medios no mejora en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), siendo la misión de esta promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas. En muchos países, la explotación infantil esta al orden del día, y por desgracia, son situaciones difíciles de solucionar. Debe de haber una compensación por todas las partes. Por un lado, veo comprensible que los países europeos pongan el grito en el cielo cuando ven niños trabajar, pero hay que pensar el por qué estos niños están trabajando a su corta edad. La situación que atraviesan los países a los que pertenecen estos niños es muy complicada y extrema, lo cual hace que el hecho de estudiar se vea como un privilegio y el trabajo como una obligación para poder subsistir. Pienso además, que los países europeos hacen bien en alarmar y evitar estas situaciones, pero que no deben quedarse solo ahí, sino que promuevan soluciones para estas personas, que no se queden quietos juzgando y que echen una mano a esa situación, que probablemente ellos mismos fomentan. Esto me recuerda a una frase de Pau Casals erróneamente atribuida a Albert Einstein quien solo la citó: La vida es muy peligrosa, no por las personas que hacen el mal sino por las que se sientan a ver lo que pasa.

3. Índice de Gini: es empleado por la UE para medir la desigualdad social y se fija en la renta en función de la distribución equitativa de ingresos. En el 2007 España se situaba una de las primeras con un 32.

4. Encuesta en condiciones de vida: es realizada en España por el Instituto Nacional de Empleo (INEM). Nos informa de los ingresos medios de los hogares, observando cómo la situación va empeorando progresivamente debido a la situación que se está desencadenando desde hace un tiempo.

Ante la variedad de índices que nos ayudan a analizar los resultados, debemos escoger aquel que nos pueda servir para estudiar al colectivo con el que vamos a trabajar.

Cabe mencionar, que la definición de los procesos de exclusión han ido estando influidos por cambios sociales. Por ejemplo, hasta hace poco el indicador no era cuántos matriculados había en la universidad sino cuántos analfabetos. Dichos cambios en los procesos de exclusión son:

• Heterogeneidad social: no existe un modelo único de la sociedad, sino que esta cambia al igual que el concepto de familia

• Transformaciones en el mercado laboral: antes una persona estaba en la empresa y se jubilaba  y actualmente se puede pasar por varios trabajos hasta establecerse en uno. Todos somos explotados porque debemos producir más de lo que costamos.

• Inadaptación de la política social: hay una gran variedad de demandas sociales a las que no se adaptan las políticas sociales.

• Cuestionamiento del sistema educativo: ya que se plantea la duda de si se garantiza una correcta escolarización de los niños que asegure su proyección en el futuro.

A partir de esto, podemos observar como a nuestro alrededor van cambiando los procesos de exclusión social. Cuando antes todo el mundo poseía una renta acomodada, suficiente para vivir desahogadamente, las prioridades eran otras con respecto a las que hay ahora. Es cierto que hay una serie de requisitos por los cuales la exclusión no solo va en función del dinero, como puede ser poseer cierto nivel de cualificación, pero aun así el poder adquisitivo sigue siendo un factor determinante para la exclusión, ya que es el medio por el cual accederemos a los recursos que pueden motivar nuestra integración social.